"No andéis entenebrecidos, como los que andan en la vanidad de su mente y en la dureza de su corazón" Efesios 4: 17-18
Los términos "vanidad" "vano" se hayan frecuentemente en la Biblia para dar la idea de aquello que es vacío, pasajero o sin valor.
Dios hizo una creación perfecta, innumerables científicos investigan el universo y cada vez se hace más evidente el milagro de la tierra. El cosmos está lleno de sistemas solares, con sus respectivos planetas... pero no hay ninguno que iguale a la tierra: es una joya preciosa como una esmeralda en medio del océano cósmico.
La Biblia con un lenguaje sencillo intenta explicarnos como el hombre y la mujer fueron creados a imagen de Dios, dandoles como lugar para vivir un bello lugar entre los ríos Tigris y Éufrates.
Mientras que en este tiempo geológico en otras partes de la tierra se vivía en la edad de piedra, en esta zona ya conocían los metales y hacían aleaciones con oro y otros metales.
Algo misterioso pasó en este lugar. La Biblia habla de un lugar idílico creado especialmente para el hombre y su pareja donde vivían armoniosamente con la naturaleza y con Dios, hasta que se saltaron el consejo de su creador y todo pasó a otra relación muy diferente a la que Dios les había situado.
La misma creación, por la caída del hombre, está sujeta a vanidad (romanos 8: 20), de la que solo podrá ser liberada con la manifestación de Cristo ( Romanos 8: 21). El hombre sin Dios está encadenado a una vida de culpa y de muerte, al menos que se agarre al poder salvífico de la cruz. como un puente entre el cielo y la tierra, entre la muerte y la vida.
El Apóstol Pablo sobre este asunto, en relación a cada uno de nosotros nos exhorta: " En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del la vieja naturaleza, que está viciada conforme a los deseos engañosos y renovaros en el espíritu de vuestra mente y vestíos de la nueva naturaleza creados según Dios en la justicia y la santidad a la verdad, por lo cual desechando la mentira, hablad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros (Efesios 4: 22. 25)
El hombre que aún no está regenerado, se hunde cada vez más buscando desde su interior, aquello que precisamente más lo hunde y desde esta situación la frustración va en aumento y el desasosiego también.
Dios nos ha creado para reinar, y no para hundirnos cono el cerdo en el cieno o la perra en su propio vomito (2 Pedro 2: 22). La carne y la sangre no pueden heredar el reino, ni la corrupción heredar la incorrupción (1 Corintios 15: 50). Necesitamos ser injertados para dar nuevos frutos, que nos llenen de plenitud.
Nuestra mente y corazón deben de ser renovados, no conforme al mundo, pues el mundo pasa y sus deseos también, necesitamos ser renovados a la imagen de "Jesús el que murió y volvió a la vida para ser Señor de vivos como de muertos" (Romanos 4. 9).
Todos espiritualmente estábamos muertos en delitos y pecados (efesios 2: 5), pero llegó la cruz a nuestras vidas y nos hicimos una con ella y bajo su poder muchas cadenas se rompieron y lo que antes nos atraían ahora lo desechamos y buscamos otras formas de crecimiento y todo ello es por : "la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza" (Galatas 6: 19-9).
Aceptamos el regalo de amor que Dios nos da: "Más Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo pecadores, Cristo murió por nosotros" Romanos 5: 8)
si en nuestras vidas hemos aceptado el sacrificio de Jesús, que nos redime y nos da la condición de hijos, no debemos de seguir en el temor de la ira de Dios; "pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por Él seremos salvos de la ira" (romanos 5: 9)
El capítulo 16 de Apocalipsis relata las plagas que vendrán sobre la tierra al derramarse las copas de la ira de Dios, unas traeran juicio, otras corrección para lograr arrepentimiento.
No es el temor, lo que nos debe de mover, sino la sabiduría de Dios, que nos traerá deleite y gozo a nuestras almas y nada se podrá comparar ella: "Me mostraras la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre" Salmo 16:11
"Deleite" en hebreo significa un placer intenso por alguien, a tal punto que ese alguien sacia y satisface lo más profundos de nuestros sentimientos.
"Gozo" procede del vocablo latino "gaudium" que hace referencia a la alegría del ánimo o al sentimiento de complacencia al poseer o recordar algo apetecible. Esta asociado a disfrutar de lo que nos genera felicidad.
Dios nos ha rescatado de nuestra vana manera de vivir para darnos vida una vida en abundancia (Juan 10: 10) será entonces cuando nuestras obras, también deberán ir en relación a la nueva naturaleza creciendo a través de ella a la estatura y a la talla perfecta en la que Jesús nos vaya mostrando.
Nany Hurtado
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