martes, 16 de julio de 2019

LA MISIÓN DEL FARO

LA MISIÓN DEL FARO

En cada momento de la historia de la humanidad, Dios prepara a personas para que hablen en su nombre, cada una con misiones determinadas, para llevar a cabo su obra sobre la tierra. Estas personas han aprendido a escuchar la voz de Dios, para luego poderlas comunicar a sus semejantes.

Es deseo de Dios que sepamos reconocer a estas, normalmente se les han llamado profetas, el escucharlas o no hacerlo traerá sus propias consecuencias. 

Juan Bautista tenía su propia misión antes ya de nacer y era preparar el camino al enviado a Jesús, el enviado de Dios (Juan 6: 29).
A Jesús para poder desarrollar su misión en la tierra, Dios lo revistió de su poder y en el nombre de Dios hizo grandes señales y prodigios (Juan 6: 26).

Él es quién nos
conduce hacia sus enviados y tiene sus propias formas de hacerlo (Juan 6: 37)

Este poder que el Padre otorgó al Hijo, también a sus discípulos fueron transferidos (Juan 14: 12-17).

Dios sigue actuando y sigue preparando a personas para cumplir su obra, y entre la multitud escoge a personas de toda lengua y nación y los capacita (Salmo 89: 21-25).
Son como faros sobre la tierra, quienes ayudan a  a la humanidad a buen puerto y que no zozobren en el intento (Lucas 11: 29).

La necedad también manda señales a los hombres, pero los que se dejan guiar por ella, lo único que conseguirán es descarriarse y poder llegar incluso a la muerte ( Proverbio 9. 16).

El cristiano una de su propia forma de existir es ser luz (5. 15) y si somos luz, no es para estar escondidos sino alumbrando.

Al igual el necio tiene su propia forma de existir, de ser y lo hace con  con frenesí cuando se le quiere entorpecer en su actuación, de este frenesí hay que apartarse, pues dice la palabra que son peligrosos, como peligrosa es una osa a la que se le quita la cría (Proverbio 17: 12).

Si miramos atrás, podemos ver cuando hemos actuado neciamente, por nuestra forma de reaccionar, pero Dios tiene paciencia con nosotros, si de verdad queremos aprender, de El aprendemos la sabiduría, y crezcamos a la talla  de perfección de su Hijo (efesios 4:: 13).

No es el que dice Jesús, Jesús, el que lleva la luz, sino el que ha dado el lugar en su corazón a la luz, que es Cristo, mismo, reinando en nuestros corazones (Efesios 3: 17), es la diferencia entre un faro que funciona y otro que solo es una torre, pero sin luz, no sirve para cumplir su misión. 








miércoles, 3 de julio de 2019

LA PUERTA HERMOSA

LA PUERTA HERMOSA

En nuestra sociedad, una persona con problemas de movilidad no tiene nada que ver con las personas que viven en otros países, cuya infraestructura está menos desarrollada.

Hoy 3 de julio del 1019, uno de los textos que   me ha conducido el Espíritu en oración ha sido el milagro que hicieron los apóstoles Pedro y Pablo en la Puerta Hermosa.

He mirado en Internet y me ha salido este vídeo de sanidad:




La curación de un paralítico

En una ocasión, Pedro y Juan subían al templo para la oración de la tarde. Allí encontraron a un paralítico de nacimiento, que ponían diariamente junto a la puerta del Templo llamada "La Hermosa", para pedir limosna a los que entraban. 



Cuando él vió a Pedro y a Juan entrar en el Templo, les pidió limosna. Entonces Pedro, fijando la mirada en él, lo mismo que en Juan, le dijo: "Míranos". El hombre los miró fijamente esperando que les diese algo. Pedro le dijo: "No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y camina" Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; de inmediato, se le fortalecieron los pies y los tobillos, dando un salto, se puso de pie y comenzó a caminar; y entró con ellos en el Templo, caminando, saltando y glorificando a Dios. 
Toda la gente lo vio caminar y alabar a Dios. Reconocieron que era el mendigo que pedía limosna sentado a la puerta del Tempo llamada "La Hermosa", y quedaron asombrados y llenos de admiración por lo que había ocurrido.
Como él no soltaba a Pedro y a Juan, todo el pueblo, lleno de asombro, corrió hacia ellos, que estaban el el portico de salomón. Al ver esto, Pedro dijo al pueblo: "Israelitas, ¿de qué os asombráis", ¿porqué nos miran así, cómo si fuera por nuestro poder o por nuestra santidad, que hemos hecho caminar a este hombre?.
Hechos de los Apóstoles 3: 1-12




"No te tengas por sabio, teme a Dios y evita el mal" Proverbios 3: 7
"y el justo se felicitará en Dios, y en El confiará y se felicitarán todos los rectos de corazón. Salmos 64: 11
Muchos acudían a Jesús buscando ser curados de sus enfermedades, y se alegraban en Dios, por haber dado autoridad a Jesús para hacer grandes prodigios de sanidad y se felicitaban y alegraban.

"Concede a tus siervos que con todo el denuedo hablen de tu Palabra, mientras extiendes tu mano, para que se hagan sanidades, señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús". Hechos 4: 29.30