Se alegró mi corazón,
y se gozó mi alma;
Mi carne también
reposará confiadamente.
Porque no dejarás
mi alma en el seol,
ni permitirás que tu santo
vea corrupción.
Me mostrarás la
senda de la vida;
en tu presencia
hay plenitud de gozo;
delicias a tu diestra
para siempre.
Salmo 16: 9-11